Cinco claves para las emprendedoras desde la agencia Fémina

Hace un siglo la maestra normal y periodista feminista Petronila Angélica Gómez Brea se convierte en la segunda dominicana propietaria de una imprenta para sustentar la revista quincenal que ilumina la obtención de la ciudadanía; y con esta, innova en el sector y construye una marca que trasciende a los 100 años de creada.
Elvira Lora / @elviralora
Para 1926, en la edición 76 de la revista Fémina, aparece lo que casi un siglo después podríamos catalogar como una innovadora estrategia de fidelidad, en un formato que si bien proviene de las arduas labores magisteriales de la editorialista Petronila Angélica Gómez Brea (1883-1971), corresponde a los impulsos de identidad de la “nueva mujer” en la búsqueda de la ciudadanía plena.
En un cuarto de página aparece el siguiente anuncio: “Invadidas por un alto sentimiento de gratitud, tenemos el inmenso placer en consignar en este “Cuadro de Honor” los nombres de las personas que de manera hermosa y espontánea, han contribuido con sus donativos al triunfo que hasta ahora hemos alcanzado”.
¿Quiénes reciben la exaltación editorial en este cuadro de honor? Hombres civilistas (licenciados Eladio Sánchez y Jacinto R. Castro), empresarios (Pedro Carrión y Jesús Armenteros); así como las esposas de quienes ejercen el poder (Carmen G. de Peynado, de Francisco J. Peynado, gestor del acuerdo que permite la salida de las tropas intervencionistas estadounidenses; y Trina de Moya, del presidente Horacio Vásquez). También, se agradece el aporte de la panadería “La modelo”.
La novedosa estrategia de fidelidad es una de las claves que permite a la transcendental maestra normal y periodista feminista, Petronila, reconocer que la gratitud constituía un valor agregado de marca para lograr que su agencia, la revista Fémina, alcanzara larga vida en un contexto mediático, para entonces, volátil -proyectos periodísticos apenas alcanzan dos ediciones-; sin embargo, ella impulsa 206 ediciones en 17 años, desde 1922 hasta 1939.
Una exhaustiva investigación hemerocrítica permite que a 100 años de aquel 15 de julio de 1922, en San Pedro de Macorís, se recurra a las páginas de Fémina tanto como fuente del protofeminismo dominicano y del emprendimiento periodístico feminista; pero también, se descubre que al igual que la gratitud utiliza Petronila otras estrategias subversivas, de persuasión y resistencia, tan disruptivas en el medio comercial de la época que resultan vigentes ahora para los emprendimientos de las mujeres.
- AUTONOMÍA. Entre julio de 1922 a enero de 1926, la revista Fémina fue impresa en los talleres tipográficos de la imprenta La Altagracia, establecida en la calle José Reyes número 111, de San Pedro de Macorís. La empresa propiedad de Miguel Paradas es un activo centro intelectual hasta donde concurren otros proyectos editoriales coetáneos. Pero, ¿qué pasó el 15 de enero de 1926? La lectoría fue informada sobre la apertura de talleres tipográficos propios de la publicación feminista y Petronila Angélica Gómez Brea se convierte en la segunda dominicana propietaria de una imprenta localizada en ese entonces en la calle Anacaona Moscoso número 5; allí, hasta 1939, en Santo Domingo, diversifica su producción imprimiendo desde catálogos comerciales hasta libros tan importantes para nuestra genealogía de dominicanas, como los de la maestra Ercilia Pepín y la activista feminista Abigaíl Mejía. Es decir, para ellas, las mujeres lectoras y las que lideran las reivindicaciones civiles y políticas, crea un centro de pensamiento, “Una habitación propia”, expresaba Virginia Woolf en 1929.
- GRATITUD. Además de los “Cuadro de honor” para agradecer los fondos recibidos de los donantes, Petronila Angélica Gómez Brea expresa la gratitud hacia las lectoras de la revista Fémina con obsequios emancipadores que encontraban en las ediciones especiales. Así, en 1933 se comienza a incluir en las publicaciones quincenales los obsequios de los Figurines McCall, que permiten calcar a las modistas la moda estadounidense y para mantener el sitial de “revista de gran circulación”, ya con 11 años en el mercado. Para los hombres lectores, en señal también de gratitud, establece una alianza con la Sastrería Marión de la calle El Conde número 85, y publica mensualmente los figurines realizados por sus propietarios. El agradecimiento se denota en el intercambio de cartas en la sección “Voces cordiales y halagadoras” y en “Frases cordiales”.
- EXPANSIÓN TERRITORIAL. Desde 1925, a través de una red de agentes comerciales, la difusión de la praxis periodística feminista que aglutina Fémina supera el espacio geográfico de San Pedro de Macorís: en todos los hogares, tal como se lo propone Gómez Brea. Sus identidades son presentadas en la sección “Notas” de forma recurrente: Consuelo Vidal, en Santo Domingo; Elsa Lugo, en Ingenio Quisqueya; Clara Luz María Billini y Fernández, en Baní; Beatriz Lucila Simó, en San Pedro de Macorís; P. González Tavárez, en Monte Cristi; Ana Josefa Jiménez Yépez, en Santiago de los Caballeros; Petronila Gautereaux, en El Seibo; Orfelina Binsén, en Hato Mayor; y Josefa Z. Rijo, en La Romana. Tanto Jiménez Yépez como Rijo, también se constituyen en corresponsales. La labor no se detiene, en 1935 se anuncia su presencia en San Cristóbal, a través de Consuelo Bazil Lorenzo. Esta expansión territorial es también internacional pues, desde 1923, Petronila se convierte en representante de la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas, y comienza un apasionante canje de revistas similares a Fémina en toda la región hasta 1939.
- INNOVACIÓN UN CONTINUUM. De manera constante, la revista trae innovaciones editoriales para su lectoría, que se sumaban a la creación especializada de tablones para marcas anunciantes de un sector. Pero, es a partir de su establecimiento en Santo Domingo -por ende- su despedida de San Pedro de Macorís, que se establecen nuevas secciones vinculadas al “discurso de lo femenino”. En 1933, comienza “La cartilla de las madres”, de la ginecóloga Delta Gutiérrez Pereyra, así como un espacio para el amor romántico: “Correo de Cupido”. Un año después, en 1934, se amplían secciones para “las mujeres profesionales”, un acercamiento al periodismo especializado abarcando temas relativos a medicina, farmacia, odontología, abogacía, economía doméstica, pedagogía y beneficencia, sectores en los cuales las dominicanas lideraban y destacaban.
- PERSEVERANCIA Y TRANSPARENCIA. “Las mujeres tienen una perseverancia tan grande, que siempre acaban por realizar grandes proyectos”, escribe Petronila en 1926 al anunciar la adquisición de su imprenta. La perseverancia de nuestra editorialista feminista trasciende su revista, se encuentra en las cartas enviadas a los ayuntamientos de San Pedro de Macorís y Santo Domingo solicitando colaboración a su obra editorial; sus comunicaciones constantes con lideresas iberoamericanas y estadounidenses (estas últimas a partir de la década de 1930), en busca de apoyo a la causa de la mujer dominicana; pero también, une esta perseverancia con la transparencia, mostrando en recurrentes publicaciones cómo distribuía los fondos para su agencia. Desde 1924 a 1928, por ejemplo, publica constantemente en las páginas de Fémina la distribución de los presupuestos de los juegos florales de los cuales era coorganizadora.
En Fémina, de Petronila Angélica Gómez Brea, se encuentran genuinas estrategias para las dominicanas del siglo XXI. Se trata de una agencia indicadora del poder de la mujer, pues al referirnos a esta palabra -agencia- hemos auscultado la capacidad de la maestra normal y periodista de actuar de manera independiente y tomar decisiones certeras para mantener su obra: la primera revista feminista e independiente de la República Dominicana.